En general, las normas de esta guía, cuya elaboración ha llevado unos 10 meses y que según el WEF es la primera destinada a todos los gobiernos del planeta, también dan consejos a los fabricantes para que se hagan determinadas preguntas antes de vender su Inteligencia Artificial a agencias gubernamentales.
La entidad encargada de reunir todas las pautas propuestas por las empresas y entidades que forman parte del grupo que la ha desarrollado ha sido el Centro para la Cuarta Revolución Industrial del Foro Económico Mundial. En ella han trabajado sus equipos de Inteligencia Artificial y machine learning, compuestos por expertos de multitud de países. Y con ella se busca dar una respuesta al creciente uso por parte de los gobiernos de la Inteligencia Artificial en todo tipo de áreas: anticiparse a las necesidades de los ciudadanos, ayuda con las previsiones sanitarias, o en temas relacionados con la justicia, como el rastreo de sospechosos mediante reconocimiento facial.
La guía ofrece a los gobiernos una definición del concepto de Inteligencia Artificial, así como una decena de recomendaciones, por orden de importancia, para que puedan asegurarse de que hacen un uso responsable de esta tecnología en asuntos de todo tipo. Y sobre todo a hacerlo en beneficio público mientras se tienen en cuenta y se evitan en la medida de lo posible los riesgos asociados.
En ella también se incita a los gobiernos a asegurarse de que el partido que saquen a la IA esté en sintonía con su estrategia nacional para la Inteligencia Artificial, en caso de que su país tenga una. También a intentar que haya interoperabilidad entre los sistemas de Inteligencia Artificial y las licencias abiertas, de cara a evitar un bloqueo por parte de fabricantes. Además, se pide a los funcionarios gubernamentales que utilicen sistemas de Inteligencia Artificial que permitan la generación de elementos explicativos, con el objetivo de explicar cómo llegan los modelos a conclusiones.
Fuente: MCPRO